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DANZA ORIENTAL: LA DANZA DE SER MUJER

"Hubo un tiempo en que no eras una esclava, acuérdate de ello. Andabas sola, te reías, te bañabas desnuda en las cascadas. Dices que has perdido todos los recuerdos de aquello, recuerda (…) Dices que no hay palabras para describir ese tiempo, dices que no existe. Pero recuerda. Haz un esfuerzo por recordar. Y si no lo consigues, invéntalo".

Las guerrilleras, Monique Witting

La Danza Oriental ha conseguido con éxito llegar a las esferas de todo el mundo, siendo una de las danzas más demandadas.

Aunque culturalmente se asocie a los países árabes, se practica en casi la totalidad de la geografía occidental.

Miles de mujeres en el mundo la han descubierto, marcando en sus vidas un antes y un después, fidelizándola en su tiempo personal y de ocío.

Pero ¿Qué es lo que la hace tan enigmática y especial?

A continuación, trataremos de desvelar algunos de esos secretos.

Su carácter ancestral.

Existen varias hipótesis sobre el origen de esta Danza milenaria y debates entre ellas.

No obstante, todas las teorías vienen a insistir en su carácter ancestral, y cómo tendría sus primeras manifestaciones en culturas remotas, en ceremonias religiosas, en las que el baile formaba parte del ritual en homenaje a la Madre Tierra, la fecundidad y la energía femenina.

Esto la convierte en una fuente de saber muy valiosa, que podemos aplicarla para el empoderamiento de la mujer energetizando sus potenciales.

Su relación con la mujer y la energía femenina.

En el imaginario colectivo, la Danza Oriental está asociada a descripciones ligadas a lo que significa feminidad, energía femenina y conexión con nosotras mismas, como mujeres.

Intuitivamente sabemos que esta Danza nos ofrece una vía muy fascinante de desarrollo femenino.

Muchas mujeres la buscan intentando reconciliarse, reconectarse con su energía femenina y redescubrirla. Y encuentran todo un camino para despertar y reinventarse.

Su carácter embelesante, misterioso y alquímico.

A su vez, todas las definiciones que se realizan al intentar describirla siempre la relacionan con la energía femenina, sensualidad... Todas las definiciones siempre aluden a la “feminidad” y la “fecundidad”. Valores relacionados con la abundancia, la trasmutación y la creatividad.

Un camino de empoderamiento

Casi siempre nos sentimos atraídos por la Danza Oriental por su feminidad y orígen milenario. Pero uno de los motivos de más peso para las mujeres que buscan la Danza Oriental es el trabajo personal que desarrolla en ellas mismas:

-Redescubrimiento de su cuerpo y su rol femenino.

-Liberación de censuras y mayor afirmación y autoestima.

-Aceptación del cuerpo.

-Redefinición del concepto de belleza.

-Reconciliación con la edad y el aspecto físico.

-Hábito de Salud y bienestar.

-Diversión.

-Nuevas Relaciones.

-Contacto y gestión emociones.

-Revisión sistema de creencias.

-Autoconocimiento.

-Investigación roles femeninos propios y familiares.

-Proceso de cambio personal y nuevas ilusiones.

Contribución a la igualdad de género.

Paradójicamente, en el imaginario occidental, concebimos la Danza Oriental asociada al mito de la Odalisca como arquetipo de sumisión y de seducción a la figura masculina. Sin embargo, aunque esta imagen resulte muy popular, no deja de ser fruto de los prejuicios orientalistas de Occidente (un tema que desarrollaré en otra ocasión).

La realidad es, que a través de la Danza, logramos una reafirmación y un fortalecimiento como mujeres que buscan recuperar su autoestima, la autorrealización y una nueva relación más digna e igualitaria con el género opuesto, por contra del rol sumiso y/o manipulador que practica la figura de la Odalisca y de la Seductora.

Conclusión.

La Danza Oriental fue creada por y para las mujeres. Sea cual fuese su origen, es un hecho que tiene como objeto de ser la realización y la expresión femenina. Tanto su esencia, como su carácter holístico, la convierten en una herramienta completa, perfecta y placentera de crecimiento y empoderamiento para la mujer .

+ Info sobre Evelyn y sus clases.

Evelyn es Licenciada en Filología Hispánica y profesora en Secundaria de Lengua y Literatura.

Lleva más de 10 años dedicada a la danza oriental, a la que describe como “su gran amor”.

Su vocación pedagógica la llevó a combinar estas dos facetas: danza y didáctica.

Investigadora nata, no cesa en su estudio, análisis y reflexión, teorizando y sistematizando

Actualmente, es maestra, coreógrafa, jurado y dirige su propio Ballet, ganador de varios premios.

Trabaja esta disciplina desde dos vertientes: La artística y el autoconocimiento a través de esta danza. .

En su trabajo, se refleja también su inquietud social y medio-ambiental.

Defensora de la mujer, concibe la danza como un medio de empoderamiento y reconexión con lo femenino. Una inquietud que le llevó a investigar y formarse para descubrir los orígenes ancestrales de esta danza y su relación con la energía femenina.

Sus clases tienen como objetivo el que te redescubras como la mujer que eres, descubras todo tu potencial y te conviertas en la que has ignorado: poderosa, sabia, auténtica, irradiante.

Un regreso a lo sagrado femenino, reiventándote con una energía olvidada.

“Conocer esta danza cambió mi vida: me redescubrió como mujer.

Fue un centrifugado que hoy en día aún sigue su proceso, porque supera todos los límites.. La danza te abre el infinito.

Es la vitamina de la mujer, es LA MUJER.

Fue un volcán en mí, y me he dedicado a compartirlo con todas las mujeres que quieran reencontrarse y redescubrirse”.

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